En una terraza frente al mar, en la playa de La Caleta de Cádiz, mientras me tomo un café bajo el sol, a mil grados de temperatura, veo, por debajo de una sombrilla las piernas de alguno que se baja de una moto. Este fin de semana hay concentración en Jerez. Y me da calor solo de verlo. Por otro lado, con esas rodilleras tan grandes y sin ver nada de su tronco, lo primero que pienso es en las patas de un camello, así que cojo una servilleta y me apoyo en el lomo de "Paraíso inhabitado" de Ana María Matute para dibujarlo.
Tres mesas más allá, TRES, una tipa GRITA sobre la mala educación de sus amigos y nos estropea con la suya propia la paz con del momento. Me encantaría levantarme y explicarle que sus amigos maleducados son justo lo que merece. Odio tomarme un café con gente desconocida que me incluye en su conversación.
